Ecuador
1889 – 1927
☥
Ego
Sum
Amo
todo lo extraño, amo todo lo exótico;
lo
equívoco y morboso, lo falso y lo anormal:
tan
sólo calmar pueden mis nervios de neurótico
la
ampolla de morfina y el frasco de cloral.
de
hampones y rameras, pasto del hospital.
En
mi cerebro enfermo, sensitivo y caótico,
como
araña poeana, teje su red el mal.
No
importa que los otros me huyan. El aislamiento
es
propicio a que nazca la flor del sentimiento:
el
nardo del ensueño brota en la soledad.
No
importa que me nieguen los aplausos humanos
si
me embriaga la música de los astros lejanos
y el
batir de mis alas sobre la realidad.
☥
Never
More
Pudo
ser... ¡y no fue! Tú la elegida
fuiste
para ser sol de mi camino,
¡pero
un oculto, despiadado
sino
sólo un instante te acercó a mi vida!
Pudo
ser y no fue. La presentida
por
mi eterna inquietud de peregrino
de
amor, fuiste en mi noche del destino
como
una vaga irradiación perdida...
En
medio de la sombra y la distancia
reconoció
tu espiritual fragancia
mi
corazón, pero tembló cobarde...
Y
sólo un punto –como dos espadas–
se
cruzaron no más nuestras miradas
para
decirse: “Demasiado tarde”.
☥
Aria
de olvido
Mi
corazón es como un cementerio
que
pueblan las cruces de lo que he perdido...
¡lo
que no ha sepultado el Misterio,
va
teniendo que hacerlo el Olvido!
Fraternal
cariño que hoy se pudre inerte,
ternuras
lejanas, pasión extinguida;
a
los unos los segó la Muerte,
a
los otros... los mató la Vida.
La
Vida que ofrece tenaz y alevosa
la
miel en el fresco labio sonriente,
la
Muerte que llega, dulce y cautelosa,
con
su paso humilde de reina haraposa
a
darnos su beso de paz en Ja frente.
Ya
todos sois idos, todos estais yertos,
rostros
bondadosos, labios compasivos;
¡llevadme
vosotros, corazones muertos,
que
me despedazan corazones vivos!
Mi
alma está poblada como un cementerio
con
las negras cruces de lo que he perdido;
¡lo
que no ha sepultado el Misterio,
va
enterrando, piadoso, el Olvido!
Anhelo
¡Oh
dolor insondable, desolada amargura
de
no hallar en la senda ni la flor de un cariño,
y
sentirse, al comienzo de la jornada dura,
con
cerebro de viejo y corazón de niño!
¡Y
que nuestra esperanza haya sido vencida
por
la implacable hostilidad del cielo!!Y el dolor de sentirse cobarde ante la
vida,
y la
renunciación de todo noble anhelo...!
¡Oh
bienaventurados, en verdad, los que ignoran;
y si
es de reír, ríen, y si es de llorar, lloran
con
la simplicidad de su santa ignorancia!
¡Solo
anhelo ser siempre en mis dichas y males,
y
vivir la tristeza de los días iguales,
como
si el alma hubiera retornado a la infancia!
Vox
Clamans
Oigo
en la sombra, a veces, una voz que me advierte:
Poeta,
entre tus ruinas, yérguete vencedor:
deja
la flauta débil de tu canción inerte,
y
alza el himno a la vida, al orgullo, al vigor.
Acalla
tu secreto, sé fuerte con la muerte,
Y
oigo otra voz que clama: fuerte como el amor.
(En
mi conciencia íntima no sé cuál es más fuerte,
si
el gesto de la vida o el gesto destructor).
De
súbito, en tumulto, cual luminosas teas,
en
el cerebro atónito se encienden las ideas,
mas,
cuando de su foco, como de ardiente pira,
va a
levantar las notas del vigoroso canto,
como
una flauta débil el corazón suspira;
y la
canción se trueca por un raudal de llanto.